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Conectando con la comunidad

Colaboración con Plena Inclusión España y el proyecto Mi Casa: una vida en comunidad.

El pasado 29 de noviembre el equipo de Agirre Lehendakaria Center (ALC) acudió a las Jornadas de Aprendizaje organizadas por Plena Inclusión España en el contexto del proyecto Mi Casa: una vida en comunidad. En este encuentro, que aunaba diversos perfiles y profesionales en el ámbito de la discapacidad, se incidió sobre los retos y aprendizajes desde las propias experiencias de las personas vinculadas al proyecto, pero también desde el exterior con ponencias internacionales.

 

El proyecto tiene como objetivo plantear soluciones innovadoras para que las personas con DID (discapacidad intelectual y del desarrollo) puedan tener una vida digna en comunidad, garantizando sus derechos y libertades. Así es que, desde la mirada del cambio y el avance en la calidad de vida de estas personas, se busca encontrar nuevas formas de responder a los retos y desafíos planteados en materia de desinstitucionalización. Se trata de un proceso innovador, de carácter experimental, que promueve nuevas prácticas de aprendizaje y mejora.

 

Estas personas, después de años en entornos institucionalizados, están viviendo en casas en comunidad, en barrios o pueblos de diferentes ciudades conectados en mayor o menor medida con su entorno. De esta forma, contribuir a que las personas pasen a tener un papel activo en su entorno y a que se generen círculos de apoyos comunitarios es fundamental para la sostenibilidad del proyecto. Para su implementación son imprescindibles los esfuerzos de diversidad de agentes, entidades, personas y comunidades, los cuales impulsan a proyecciones sistémicas el alcance del proyecto. Es por eso que la coordinación y la comunicación activa de la evolución del proyecto en cualquiera de sus áreas es fundamental para garantizar el cumplimiento de sus objetivos, y generar aprendizajes para otras experiencias en materia de innovación en servicios sociales.

 

Entre los ponentes que compartieron sus experiencias, tuvimos la oportunidad de escuchar a uno de los más de veinte conectores comunitarios, el conector del territorio de La Orotava (Tenerife, Canarias). El conector compartió con la audiencia su trayectoria en el trabajo que desempeña con la comunidad desde abril-mayo de 2021 hasta ahora. Entre las principales actividades durante estos meses destacó el mapeo comunitario, escucha a la comunidad, y la dinamización de espacios de interpretación colectiva - labor a su vez compartida con sus compañeros y compañeras de otros territorios.

La nueva figura del conector y la conectora comunitaria

El proceso experimental para la co-creación de la nueva figura del conector/a comunitario/a es desarrollado por diversos profesionales del sector - trabajadores y trabajadoras de atención directa de las entidades implementadoras, servicios públicos y privados, facilitadoras, entre otros. La figura del/a conector/a en el ámbito de los servicios sociales está siendo por primera vez prototipada a través de la puesta en marcha de este proyecto. Su principal cometido es garantizar que las personas con DID están conectadas con su comunidad, así como fortalecer los lazos de la comunidad entre sí. 

 

Así, durante la ponencia en las jornadas, el conector compartió su experiencia de cómo es tener que trabajar en una función que se está creando desde cero y adaptando cada día, con sus incertidumbres, obstáculos y miedos a lo largo de este proceso, con la idea de aprender conjuntamente y aportar nuevas miradas al proceso.

Sesión de interpretación colectiva

Un día antes de las jornadas, el equipo de ALC dinamizó una sesión de trabajo con todos/as los/as conectores/as comunitarios que trabajan en el proyecto, y con algunos de los/as responsables territoriales de Plena Inclusión que enriquecieron sin duda la sesión con puntos de vista diferentes. 

ALC está acompañando el proyecto Mi Casa desarrollando una evaluación evolutiva del mismo, desde el acompañamiento a los procesos junto a 6 conectores/as comunitarios/as en terreno. Además, apoya el proceso de co-creación de la figura del/a conector/a para tratar de conocer a un nivel más profundo las características de este rol en gestación, tanto de características endógenas como exógenas de su figura. 

En esta sesión de trabajo se presentó la información obtenida de un proceso de escucha, a partir de conversaciones mantenidas con los/as conectores/as comunitarios/as, responsables de las entidades locales y, responsables del propio proyecto o de la organización de Plena Inclusión. Fue una tarde de trabajo productiva en la que se obtuvo una visión de conjunto a través de las distintas percepciones que existen sobre el propio proyecto y la figura del/a conector/a. 

 

Una de las ideas clave fue la sensación de estar perdidos/as o de incertidumbre que comparten muchos/as de los/as conectores/as comunitarios/as a la hora de enfocar su trabajo. En general, hay una percepción compartida de no saber qué se espera de ellos, y eso, según contaban, genera frustración. Existe, en definitiva, una tensión entre la búsqueda de soluciones innovadoras a través de la experimentación y los resultados inmediatos. Trabajamos en situaciones donde el tejido comunitario no está demasiado presente y las sociedades son cada vez más individualistas. A esto hay que sumar que esta figura se contempla más allá de la discapacidad, siendo una figura fundamental para atar los cabos de la red comunidad en su conjunto. 

 

A medida que avanza el proyecto, al tratarse de una figura nueva y en proceso de experimentación, surgen preguntas fundamentales sobre su rol y funciones: ¿qué quiere decir conectar a las personas con DID con la comunidad y viceversa? ¿cómo se logra eso? ¿de qué hablamos cuando hablamos de enfoque comunitario? En el día a día, estas preguntas se traducen en acciones que pueden transmitir una percepción de “falta de proactividad”, como dar un paseo por la comunidad o tomar un café mientras charlas con el camarero del bar de al lado de la vivienda. Si bien surgen dudas sobre si estas acciones deberían formar parte o no de las tareas centrales de la nueva figura, los/as conectores/as consideran esencial conocer la comunidad en profundidad primero para después poder facilitar las conexiones.

 

Otro elemento fundamental es la necesidad de generar un cambio de mirada por parte de toda la sociedad a la hora de entender la agencia, independencia y la vida de las personas con DID. Existe un consenso muy significativo dentro del proyecto: “este camino de la desinstitucionalización es el futuro y no hay marcha atrás”. Si bien no tenemos una varita mágica o respuesta a todos los interrogantes que van saliendo sobre la marcha, hay determinación a la hora de apostar por este proceso en el que los derechos y libertades de las personas se ponen en el centro. Sin embargo, esta situación también aumenta la presión sobre todas las personas que rodean al proyecto, ya que se subraya la necesidad de estar a la altura del reto que hay por delante.